martes, julio 27, 2010
Ahora, Bianchi.
domingo, julio 11, 2010
El Matrimonio para todos
El Matrimonio es una Institución pensada para priorizar lo que la sociedad considera su célula fundadora. Establece una excepción a las reglas de convivencia establecidas en las normas principales: la relación entre los cónyuges y de estos (como sociedad) frente al resto de la comunidad tienen aspectos especialmente contemplados.
¿Por que sucede esto? A la sociedad le ha interesado, especialmente, que existan parejas. Considera que es su génesis; en principio, por cuanto de allí nacerán los próximos individuos y la comunidad se perpetuará. Se entiende que en esa relación hay amor –affectio societatis, en sentido pragmático- y que eso merece ser protegido.
Someterse a las reglas matrimoniales implica gozar de ciertos privilegios que el resto de la sociedad no tiene en su condición normal de individuos; es un sistema de adhesión voluntaria, para el cual es necesario, aún y como requisito, que lo soliciten dos personas de distinto sexo, para que puedan naturalmente concebir. El resto de las restricciones son casi administrativas.
El Derecho evoluciona permanentemente; esto no es ninguna novedad. Los avances tecnológicos, los pensamientos, las relaciones sociales, la cultura, todo ello transforma el Orden Jurídico, el cual necesariamente tiene que mutar. Así hemos visto pasar, a lo largo de la historia, del apoyo incondicional a regimenes absolutistas a la instauración de democracias indirectas; de la pena de muerte y el juicio sumarísimo como principio al debido proceso como regla primigenia y preexistente.
Esta sociedad, así se demuestra, no está preparada para salirse del principio enunciado: le cuesta entender al matrimonio fuera de las pautas señaladas. Le cuesta advertir que parejas de igual sexo puedan encontrarse en la misma situación que aquellas en condiciones de procrear, por que la naturaleza así lo mandó.
Y, aquí opino, me parece bien que así sea. Que le cueste a la sociedad, que tarde en comprenderlo. Para que lo mastique, lo elabore. Que salga cuando entienda cuales son las razones para justificarlo, para que aquella excepción sea aplicable –inclusive- a las minorías.
No se trata aquí de discutir el derecho de éstas; se trata de que la sociedad toda entienda que aquella Institución se ha modificado y que el principio normativo que ha dado origen al Matrimonio debe mutar por que las relaciones interpersonales y sociales han cambiado. Tal como cambian las culturas y la tecnología.
Por todo ello considero necesario que la decisión de eliminar las restricciones de la Ley y que esta permita el casamiento de personas del mismo sexo, hoy, se plebiscite. Porque eso va a obligar a una inmensa discusión, enorme, abundante y sobrecargada, reflexiva y concientizadora, de la cual saldrá la actual mejor posición.
Por cuanto, sepan quienes apoyan incondicionalmente el proyecto, fatalmente, la Ley saldrá. Permítanle a la sociedad toda definir en que momento.