Una emocionante invocación en un blog por mi seguido y admirado, me obliga a relatar la posición personal frente a uno de los mas grandes grupos de la historia.
No me pidan biografías ni precisión en las referencias: no las tengo.
Tras haberme introducido en la música con los Bee Gees y “Espiritus que han partido”; los medios de entonces – que ya ejercían influencia- y la difusión me impusieron la búsqueda de un perfil musical. Empecé con un compilado de covers, “Drugstore” (que porquería) y continué con otro, todos temas de un mismo sello, acumulados para vender. “17 top hits”. El gancho eran Giorgio Moroder, un grupo Telex y su tema "Moskow Diskow", Funkytown, My Sharona y no sé que mas.
Guardadito, escondidito, una versión cortadita de “Turn it on again” de Génesis. Click. Quedó el registro
Pero era mucho para mí. Tenía apenas 12 años. Sin información posible y mucho menos guita, Génesis no era opción.
Lo redescubro un par de años después. Siguiendo la ruta de algún amigo intimo –ese que aún está- lo veo comprando el importado de “Selling England by the pound”. Recuerdo aún la aflicción del tipo por lo que salía: la guita la ponía la vieja.
Generoso entonces y ahora, al poco tiempo me lo prestó. No creo haberlo entendido, pero la curiosidad podía mas y lo estudié. Descubrí, por ejemplo, que había una canción -More Fool me-que no cantaba el vocalista, sino el batero.
Descubrí su historia, las variaciones y cierta abulia de esos tiempos.
Luego fui contemporáneo de Abacab –con dos temas fenomenales, el del título del disco y “Sarah, Jane y Me”- y básicamente, de “Génesis”: bailamos “Mama” en el viaje a Bariloche.
Nos emocionamos con el Collins de Face Value –“In the Air Tonight”-, y a partir de ahí, con alguna ayudita de mis amigos, a un poco de plata y a las copias de casettes, descubrimos las distintas etapas: Nursery Crime, A Trick of the Tail, Wind & Wuthering.
Una compañera del secundario me prestó el casette de The lamb lies down on Broadway: juro que lo busqué, lo busqué. Imposible. No existía.
Le ofrecí comprárselo. Aunque ella ni sabía de lo que hablábamos, me ofreció una excusa irremontable: era propiedad de su abuela, la rockera.
No soporté la mediocridad de The invisible Touch; me refugié en la historia y descubrí la cumbre.
Gabriel golpeó con “Sledgehammer” y todo su Us: desde entonces, es mi músico favorito de todos los tiempos. Dos veces vino a la Argentina. Dos veces lo ví.
Compré en disco el doble de The lamb.... ¡¡¡usado!!!. Inescuchable –por rayado- pero mío. Regalé We can´t dance en casette a quien no lo quería recibir.
Con la llegada de los cds, adquirí gran parte de la colección pendiente: Duke, en oferta en la calle Santa Fé en CF, fue una tentación. El mejor disco de una de las mejores bandas de todos los tiempos, es, lógica matemática, uno de los mejores largos de toda la historia de la música. Al solo ejemplo, el ya mencionado “Turn it on again” –tan fácil de cantar, aún para los de precario inglés-, el bellísimo "Guide Vocal" y la conjunción de los dos temas finales, “Duke´s travel” y “Duke´s end”: la ilusión –lejana, pero aún vigente- de escuchar estas dos canciones seguidas, así, en vivo. Imagino la puesta de luces.
Lamenté la ida de Collins –ya por entonces desaparecido de mi consideración singlista- y refugié pequeñas esperanzas en Calling all Stations que sí, es un disco de Génesis, con un tal Ray Wilson como cantante. La segunda parte de “One man´s fool” –último tema- es de las más brillantes del grupo. No más.
Este año se ha reunido el trío, en gira, porque no es negocio hacer nueva música. Amenazaron millones de veces con la gran cumbre junto a Gabriel –Hackett está un poco afuera, casi no es necesario. La competencia de egos es tan grande, que Pedro difícilmente adhiera cantar 20 años de canciones en los que no participó.
A la Argentina no vendrán: quizá no lo hagan sin que uno de ellos se muera antes. Es que son viejitos.
Comparándolos con Floyd, a veces los siento blandos. Pero su música es tan distintiva, tan movilizante, que la percepción es, mínimo, absurda e injusta: adelante del parlante seguiré parándome con el micrófono o emulando la continuidad de una batería que no puedo seguir. Manteniendo –yo- 30 años de gusto musical. ¿Coherencia? No existe en el rubro.
Es, simplemente, una gran banda.
PD: el autor de aquel recomendado blog, me ha prometido personalmente, acceder a rarezas, seguramente por mí desconocidas. Pónlas, pónlas.
No me pidan biografías ni precisión en las referencias: no las tengo.
Tras haberme introducido en la música con los Bee Gees y “Espiritus que han partido”; los medios de entonces – que ya ejercían influencia- y la difusión me impusieron la búsqueda de un perfil musical. Empecé con un compilado de covers, “Drugstore” (que porquería) y continué con otro, todos temas de un mismo sello, acumulados para vender. “17 top hits”. El gancho eran Giorgio Moroder, un grupo Telex y su tema "Moskow Diskow", Funkytown, My Sharona y no sé que mas.
Guardadito, escondidito, una versión cortadita de “Turn it on again” de Génesis. Click. Quedó el registro
Pero era mucho para mí. Tenía apenas 12 años. Sin información posible y mucho menos guita, Génesis no era opción.
Lo redescubro un par de años después. Siguiendo la ruta de algún amigo intimo –ese que aún está- lo veo comprando el importado de “Selling England by the pound”. Recuerdo aún la aflicción del tipo por lo que salía: la guita la ponía la vieja.
Generoso entonces y ahora, al poco tiempo me lo prestó. No creo haberlo entendido, pero la curiosidad podía mas y lo estudié. Descubrí, por ejemplo, que había una canción -More Fool me-que no cantaba el vocalista, sino el batero.
Descubrí su historia, las variaciones y cierta abulia de esos tiempos.
Luego fui contemporáneo de Abacab –con dos temas fenomenales, el del título del disco y “Sarah, Jane y Me”- y básicamente, de “Génesis”: bailamos “Mama” en el viaje a Bariloche.
Nos emocionamos con el Collins de Face Value –“In the Air Tonight”-, y a partir de ahí, con alguna ayudita de mis amigos, a un poco de plata y a las copias de casettes, descubrimos las distintas etapas: Nursery Crime, A Trick of the Tail, Wind & Wuthering.
Una compañera del secundario me prestó el casette de The lamb lies down on Broadway: juro que lo busqué, lo busqué. Imposible. No existía.
Le ofrecí comprárselo. Aunque ella ni sabía de lo que hablábamos, me ofreció una excusa irremontable: era propiedad de su abuela, la rockera.
No soporté la mediocridad de The invisible Touch; me refugié en la historia y descubrí la cumbre.
Gabriel golpeó con “Sledgehammer” y todo su Us: desde entonces, es mi músico favorito de todos los tiempos. Dos veces vino a la Argentina. Dos veces lo ví.
Compré en disco el doble de The lamb.... ¡¡¡usado!!!. Inescuchable –por rayado- pero mío. Regalé We can´t dance en casette a quien no lo quería recibir.
Con la llegada de los cds, adquirí gran parte de la colección pendiente: Duke, en oferta en la calle Santa Fé en CF, fue una tentación. El mejor disco de una de las mejores bandas de todos los tiempos, es, lógica matemática, uno de los mejores largos de toda la historia de la música. Al solo ejemplo, el ya mencionado “Turn it on again” –tan fácil de cantar, aún para los de precario inglés-, el bellísimo "Guide Vocal" y la conjunción de los dos temas finales, “Duke´s travel” y “Duke´s end”: la ilusión –lejana, pero aún vigente- de escuchar estas dos canciones seguidas, así, en vivo. Imagino la puesta de luces.
Lamenté la ida de Collins –ya por entonces desaparecido de mi consideración singlista- y refugié pequeñas esperanzas en Calling all Stations que sí, es un disco de Génesis, con un tal Ray Wilson como cantante. La segunda parte de “One man´s fool” –último tema- es de las más brillantes del grupo. No más.
Este año se ha reunido el trío, en gira, porque no es negocio hacer nueva música. Amenazaron millones de veces con la gran cumbre junto a Gabriel –Hackett está un poco afuera, casi no es necesario. La competencia de egos es tan grande, que Pedro difícilmente adhiera cantar 20 años de canciones en los que no participó.
A la Argentina no vendrán: quizá no lo hagan sin que uno de ellos se muera antes. Es que son viejitos.
Comparándolos con Floyd, a veces los siento blandos. Pero su música es tan distintiva, tan movilizante, que la percepción es, mínimo, absurda e injusta: adelante del parlante seguiré parándome con el micrófono o emulando la continuidad de una batería que no puedo seguir. Manteniendo –yo- 30 años de gusto musical. ¿Coherencia? No existe en el rubro.
Es, simplemente, una gran banda.
PD: el autor de aquel recomendado blog, me ha prometido personalmente, acceder a rarezas, seguramente por mí desconocidas. Pónlas, pónlas.
El Masa
1 comentario:
Volvé a escuchar "Invicible touch" completo, vas a ver que es grandioso.
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