Casi contemporáneamente a su salida, he adquirido la costumbre de comprar el "diario" dominical "PERFIL".
La experiencia de su edición diaria anterior -año 1999, creo- me dejó con sabor a poco; el medio aportaba una experiencia inédita a los consumidores de periódicos, solo comparable al primer "Pagina/12" y no por lo ideológico sino por lo novedoso. Mucho editorial y opinión; autorreferencia, falta de indulgencia, inmensa soberbia y la intención de cubrir el mas amplio espectro periodístico posible. Una conciencia periodística no vista antes.
La suspensión de su edición fue traumática, para mí, como lector. Por obvias razones, el espacio no fue cubierto, ya que los diarios vigentes mantuvieron su estilo, sin mudas.
La nueva etapa importa una variación al concepto original: solo una vez por semana, y los domingos. La propuesta -aunque determinada por razones financieras- es atractiva en varios planos: habilita a entender el ejemplar como un resumen semanal; obliga a editorializar en función de la periodicidad establecida y a su vez, distiende a los autores, descomprimiéndolos de las necesidades de posición cotidiana.
A mi gusto, se han convocado a periodistas en exceso estrellas; si bien ello puede ser atrayente para su comercialización, la característica mediatica de las personas seleccionadas podría restar trascendencia al contenido, no garantizado por esos nombres.
No obstante, en el último tiempo se advierte un incremento en el egocentrismo del periódico: el debate sobre el periodismo moderno, la confrontación sindical y con el gobierno y el rol específico del propio diario en ese contexto, resultan ser las propuestas de avanzada del medio. De hecho, en la edición del día 16 de julio, el editor –Jorge Fontevecchia, quien escribe de manera calificada- se mostró sutilmente agraviado, por cuanto el gobierno no presentaba –en sus discursos, a contrario de sus hechos- a “PERFIL” como enemigo directo ni exteriorizaba su contrariedad con su contenido, colocando en posición de contraria a medios que –siguiendo siempre a JF- podían no merecer tal ubicación.
Aunque reconozco que el periódico no ha perdido su atractivo, y que lo descripto agrega impacto, sugiero un riesgo inmediato en tanto se extreme el “perfil” canalizado. La condición de medio gráfico –instrumentado como diario- responde a una naturaleza que, en definitiva, resulta ser la razón de su existencia: la información, el interés general, la vorágine cotidiana, el debate de ideas. La concentración en el propio ser podría resultar el meollo del asunto, transfigurando aquel génesis en un punto de referencia distante, en un origen apenas circunstancial.
Salvo que la tendencia resulte una advertencia sobre el posible futuro –la discontinuidad del diario, por ej.- entiendo necesario un reencauce, para permitir la consecución del atractivo al que he hecho referencia mas arriba.
El Masa
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