Cuento
La princesa abandonada
Érase una vez una princesa que vivía sola en un castillo. Su padre estaba muerto, y sólo le quedaba su tía, que había viajado, y la princesa (llamada María de los Ángeles) nunca había sabido más de ella desde que se fue.
El castillo era enorme: había diez salones, veinte comedores, treinta cocinas, cincuenta baños y cincuenta habitaciones (la mayoría eran para invitados). La suya era hermosa: tenía dos roperos, un baño y una cama.
Un día llamaron a la puerta.
-¿Quién es?-preguntó la princesa.
-El mensajero real- contestó una voz- ¡Traigo un mensaje de su tía Pandora!
La princesa bajó a abrirle rápidamente. Pero sólo había quedado la carta. Ella leyó el siguiente mensaje:
3/7/07
Querida María de los Ángeles:
En una semana volveré al castillo. Ya no me gusta vivir aquí. Te llevaré un regalo.
Con amor,
Tu Tía Pandora
Ella se emocionó un montón, y empezó a preparar cada detalle al día siguiente. Puso de todo: guirnaldas, cartelitos que decían “Welcome!” o “¡Bienvenida!”, preparó el vestido, pensó la comida, la bebida y el postre, y también puso un cartel enorme que decía “¡Bienvenida al castillo, tía Pandora!”.
Cuando el día llegó, María de los Ángeles estaba preparada y el castillo también. Sonó el timbre, ¡el momento había llegado! La princesa abrió y... ¡Pandora apareció! Se abrazaron y se preguntaron un montón de cosas, como “¿Qué hiciste cuando estabas sola?”, o “¿Qué te hizo volver?”.
Desde ese día, se contaron todo y las dos vivieron felices por siempre.
Fin
Aldana Ochotorena - 8 años
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