domingo, marzo 18, 2007
WATERS Y LA FELICIDAD
Para encontrarse pleno, hace falta sentirlo. De tan idiota, la frase resulta una verdad revelada.
Los hombres no podemos razonar por que somos felices; sí medianamente explicarlo. En los afectos, en los disfrutes, en la concreción de los objetivos y en la apreciación de la belleza, encontramos aspectos que nos moldean en el placer, en el goce. En esas sensaciones valoramos, especialmente, la vida.
Roger Waters es un valor especial. Por que ha exteriorizado su cumbre artística a los demas, y éstos -nosotros- lo han disfrutado.
Pocas cosas merecen nuestra redención como la de semejante entrega; y aunque el don que el señor Waters -y el resto de los pocos, grandes artistas existentes- posee le implica cierta responsabilidad, su luz justifica la vida.
La noche de River del 17 de marzo de 2007 quedará en mi existencia -y la de otros 55.000, supongo- como una cumbre; alta, muy alta.
Mi mujer y yo estuvimos: nada ni nadie nos lo quitará.
El Masa, 18 de marzo de 2007.
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2 comentarios:
uhhh, el post me salió en el lugar equivocado! jajajaja
hice todo mal! sorry...
besitos
Un grande Waters, de lo último que le queda al rock, que aún no se ha prostituído mediáticamente.
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