No dejo de recordar lo que pasó en el Estudiantes - Boca del año pasado; en aquel momento sostuve la misma posición, esa cuyo desvío hoy me aflige.
Triste es advertir que la actividad que mas nos apasiona -y reúne, porque no hay comunidad mas grande que la futbolera- no tiene las condiciones o garantías para ofrecernos lo que pedimos: nobleza.
De que vale tener expectativas si todos sabíamos lo que iba a pasar, y si lo que pasó fué aún, mas grosero que las propias expectativas creadas.
Casi estoy afuera. Quedará en mi memoria el glorioso desempeño de la Brujita, inolvidable; aún sin título.
Gracias. No a ustedes, impresentables.
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