jueves, septiembre 18, 2008

Andate Basile!


jueves, septiembre 11, 2008

Lo lamento, Alfio


Acertamos en nuestra indirecta. Tristemente.
La selección del señor Basile está pasando por una etapa negra. Negra. Nos está haciendo dudar si los jugadores son tan buenos como se dice.
Veamos.

Cierto es que hoy las individualidades no son tan determinantes como antaño. Messi mismo no cambia los partidos. Al menos hasta ahora.
Entonces, las cuestiones tácticas -simples, no hay que ser ningún científico- pasan a importar. Y eso lo aprendieron mas rápido los equipos chicos de la región.
Fíjese Ud. y compare: los partidos de ligas locales e inclusive, de campeonatos sudamericanos, son desprolijos. Mas o menos dependen de cierta estructura básica y de los arranques personales de los jugadores que se destacan. Los errores son comunes y los partidos, impresentables.
A diferencia de lo señalado, los equipos nacionales sudamericanos juegan con estructuras férreas armadas: o dos lineas de cuatro, o 3-1-2-2, o 3-1-1-3. Luego un media punta, y un solo punta.
No son defensivos: imponen ese orden y le agregan un notable despliegue físico. Es, en consecuencia, muy dificil entrarles. No dejan, inclusive, patearles de media distancia.
Hacen 2 o 3 marcas personales no agobiantes, aunque suficientemente fastidiosas.
Cuando tienen la pelota se les caen pocas ideas mas no tienen como presupuesto regalarla para salir de contra. Cuando ocurre, van al ataque con velocidad.
Se los contrarresta solo de dos maneras:
1) Con notable desempeño individual, maximizando eficacias personales. Una noche de gloria de un atacante, del gambeteador que puede sacarse 3 o 4 de encima. O de las parejas que se ven y se encuentran. Brasil y Argentina pueden.
2) Un dispositivo táctico atrevido aunque paciente. Con pelota que circule, con atacantes cabeceadores -como alternativa a los habilidosos, que deben estar en el equipo- ocupando el campo ajeno para evitar controles ajenos. Brasil y Argentina también pueden.

No es nuestra intención aportar soluciones únicas. Por cuanto no existen. Solo son ideas.
Pero esta claro que nada de eso es lo que exhibe la actual Selección Argentina.
Si el partido con Paraguay está teñido de accidentes -un gol en contra, una expulsión- el de Perú es muestra de este triste momento.
El señor Basile cometió errores que se vieron en la cancha: el equipo salio jugando con linea de tres, doble 5, dos carrileros, un armador, un media punta y un delantero único. Cuando salió Jonás Gutierrez (apenas a los 10 minutos de juego) cambió el orden táctico; eliminó los laterales volantes o carrileros y mando una linea de cuatro y un ¡¡¡¡¡¡¡triple cinco!!!!!!!!! .
Nada del juego lo justificaba, por lo menos, hasta ese momento.
En semejante anarquía, el equipo dependía extremadamente de los arrebatos individuales, y los talentosos no funcionaron. Entonces quedó mas al desnudo el error de concepto.
Con Riquelme fastidioso y Messi encaprichado (ambos igualando su peor desempeño en la Selección) y Agüero solo, muy solo, el desdibujo táctico quedó en evidencia. Y el pobre desempeño de Basile a la vista.

Al Diego también le puede pasar; pero con dignidad.

Lamentamos advertir que lo descripto no puede ser corregido por el actual cuerpo técnico; que no está en condiciones de resolverlo.

¿Desestabilizadores?. ¿Golpistas?. En sus lecturas y críticas encomendamos nuestro espíritu.

PD: Un amigo me señaló que al proponer a Diego omito considerar al señor Carlos Bianchi. Le recuerdo, desde esta tribuna y por si no le quedó claro, que hasta el día de hoy, el propio Bianchi es el que se excluye en la competencia por ser el técnico de la Selección.
Y que quien esto firma, cree que el Virrey no puede morir sin antes haber sido el entrenador nacional

viernes, septiembre 05, 2008

La hora del Diego


¿No es pertinente la afirmación?. Minutos antes del partido contra Paraguay y apenas dos semanas después del oro en Beijing, entiendo necesario proponer la postulación de Diego Armando al frente del Seleccionado Nacional.

Veamos. El señor Alfio Basile se limita a ver videos, tomar sus whiskeys y seleccionar. No tiene tarea de campo salvo, apenas, esos siete días que van desde que los jugadores llegan del exterior hasta el martes o miércoles en que se juega la segunda jornada de cada episodio de eliminatoria.

Tareas que, se habrá advertido, con creces y superación puede hacer el Diego. Con un plus: nadie como él representa el apasionamiento nacional, el fervor deportivo. Su presencia en cualquier vestuario redobla los ánimos. Si hay competencia de egos, su luz la empalidece.

Está visiblemente mejor, mas tranquilo. Con asistentes de lujo para aquello que lo pueda incomodar en el día a día (el Checho, el Tata, el Negro Enrique, el Vasco) y el necesario asesoramiento del Doctor para los 40 días previos al Mundial, Maradona debería hoy, a sus 47 años, ser el conductor para este ciclo de las Selecciones Nacionales.