En su conferencia de prensa de hoy, Diego le pidió a los críticos de su gestión -que ahora se han dado vuelta- se disculpen con los jugadores, a quienes, según se desprende de sus palabras, atacaron injustamente al tiempo de las eliminatorias.
Yo, que he ido y venido de manera impune, por esto, no le pido disculpas a nadie. No le pido disculpas a los jugadores porque nunca fueron objeto de mi opinión, no de manera pública. Íntimamente creí menos en ellos de lo que han demostrado pueden ser, pero mis reflexiones personalísimas no merecen rectificaciones: las cambio, sostengo o altero cuando se me da la gana.
Lo que he manifestado sobre él está en la red; aunque ya lo he explicado y recontraexplicado, lo sintetizo: lo propuse -un visionario-; me arrepentí, ya clasificados; hoy estoy emocionado.
No me disculpo, apenas me equivoqué. Aquel concepto original, escrito en septiembre de 2008 (...tareas que, se habrá advertido, con creces y superación puede hacer el Diego. Con un plus: nadie como él representa el apasionamiento nacional, el fervor deportivo. Su presencia en cualquier vestuario redobla los ánimos. Si hay competencia de egos, su luz la empalidece.Está visiblemente mejor, mas tranquilo. Con asistentes de lujo para aquello que lo pueda incomodar en el día a día (el Checho, el Tata, el Negro Enrique, el Vasco) y el necesario asesoramiento del Doctor para los 40 días previos al Mundial, Maradona debería hoy, a sus 47 años, ser el conductor para este ciclo de las Selecciones Nacionales) fue alterado un año después (..lamentamos el –nuestro- error; la situación es grave, y sin retorno. No se sostienen, hoy, los argumentos oportunamente expuestos, con un especial perjuicio, tremendo: el mito que hemos construido a su alrededor, el que merecidamente se lo ha ganado, esta a punto de caer. Desmoronarse, destruirse.Diego ha acreditado que no va significar ese plus que, creímos, tenía para dirigir
Podría eliminar este último registro y quedarme con aquellas proféticas percepciones, ajustadas más a este tiempo que a aquel en el que fueron escritas; pero no, prefiero ser víctima consiente del archivo que intentar ocultarlo.
No quiero defenderme, pero tampoco disculparme. Tenía razones para pensar lo que pensé, y me encanta haberme equivocado. En todo caso, dejar bien en claro que la evolución como técnico del mas grande ídolo futbolístico que yo he tenido, es palpable, evidente; y que eso me alegra enormemente.
Diego: lo que ocurra en el Mundial, a partir de acá (8vos.), no modificará mi concepción: bien hecho, lo hecho, está.
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