jueves, octubre 19, 2006

Mi ídolo, el Gordo


No lo voy a acorralar con largas chácharas; directo, al grano.
Hoy, mis ídolos deportivos son dos. Uno, la Brujita. No necesitaba hacer tanto, pero lo revalida permanentemente. 7 hurras por él.
El otro, es el nuevo Gordo. Es distinto a aquel otro, el del pueblo, pero tiene igual carisma; hipertalentoso, pináculo de la buena y noble vida, el tipo es un fenómeno. Me genera algo extraño: sufro sus derrotas como él seguramente no.
Hasta hace poco, compenetrarme con un tenista no era de su exclusividad, con Coria tambien me aflijo, pero la coraza personal invitó a desconcentrarme: el Guille no levanta cabeza, y yo no quiero lamentarme al pedo.
Sus condiciones son archiconocidas; agrego otras: físico de catcher, norte de charme, símbolo del levantaminas desprejuiciado. Seguramente, sabe de buenos vinos.
El revés de dos manos -sana envidia- es un arte, puro Picasso.
El Gordo es líder, hace lo que se le canta las pelotas, recontrafeliz, demagogo y tribunero; así, un grande.
Espero apasionarme en diciembre como una verdadera final del mundo; y ansío, en cabeza de nuestro armenio destacado, un festejo desmedido. Este es el año.
Vamos Gordo; mañana nos espera Safin. Lo vamos a golpear.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nalbandian no existe, el mejor de todos los tiempos es el gran GATOOOOOOOOO.- Que reves a dos manos eso es de puto sin talento.- yo juego al tennis y puedo decirte que el reves a dos manos es antiergonómico y antinatural, tenes que ser medio deforme para que te guste.-
nalbandian que se dedique a las putas